Esta receta tan popular, no tiene mucho misterio y admite pocas variaciones.
En cualquier caso, aquí os dejo mi versión, que tiene menos misterio que otras.
INGREDIENTES:
_ Queso crema 700 grs
_ Nata de montar 400 grs
_ Huevos talla L 4 unidades
_ Azúcar blanco 250 grs
_ Harina 15 grs
_ Sal 1 pellizco
MATERIAL NECESARIO:
_ 1 molde desmontable de 24 cms de diámetro
_ 1 hoja de papel de horno
ELABORACIÓN:
Ponemos todos los ingredientes en un recipiente, le metemos la batidora y empezamos a batir hasta que no queden grumos y tengamos una mezcla homogénea.
Cogemos el papel de horno, hacemos un burruño y lo pasamos por debajo del grifo, para que se moje. Esto ayudará a que se pegue en las paredes del molde.
Lo estiramos y lo sacudimos para que suelte el agua que le sobra y lo colocamos en el molde.
Metemos la mezcla de ingredientes en el molde.
Es importante que cuando rellenemos el molde, quede espacio hasta el borde, porque la tarta va a subir durante la cocción.
Precalentamos el horno a 190 ° C.
Metemos la tarta y la dejamos 45 minutos.
Durante el horneado, vamos vigilando la tarta; si vemos que se pone muy negra la tapamos con papel aluminio y seguimos horneando.
Sí transcurridos 40 minutos, la tarta está muy blanca, podemos subir el horno a 200° C y dejarla hasta 50 minutos.
Cuando saquemos la tarta del horno y la movamos, temblará por la zona central, eso es normal. Cuando se enfríe ya no temblará.
Una vez que hemos sacado la tarta del horno, dejamos que se enfríe un poco, hasta que podamos coger el molde con las manos (30 minutos aproximadamente); en ese momento, metemos la tarta a la nevera y la dejamos allí unas 10 horas como mínimo. Transcurrido ese tiempo, puedes desmoldar la tarta y comértela.
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